Hoy en día para regular la velocidad de los vehículos es común, escuchar hablar de los radares, artefactos cuya presencia en las vías no es valorada de forma muy positiva por los usuarios, a pesar de que su función es velar por su seguridad. Pero conocemos el origen de estos dispositivos? Sabemos su funcionamiento?.
El origen del “radar” se traslada a 1864, donde el físico inglés James Maxwell desarrolló las ecuaciones que gobiernan el comportamiento de las ondas electromagnéticas, en 1886, el físico alemán Heinrich Herz pudo demostrar a partir de las ecuaciones de Maxwell, las leyes de reflexión de las “ondas de radio”. Con esto logró demostrar que hay ciertas propiedades físicas de los medios que facilitan la reflexión de estas ondas.
Poco a poco fue evolucionando, siendo que en 1903 el investigador alemán Christian Hulsmeyer fue capaz de detectar ondas de radio que reflejaba en los buques. En 1904 patentó esta idea y desarrolló un equipo con la finalidad de ayudar a la navegación de los buques y así evitar colisiones. Presentó un experimento a la entonces Armada Imperial del Kaiser, no causando un gran entusiasmo debido a que sólo lograba alcances de una milla; la experiencia de la I Guerra Mundial y a lo convulsionado que se estaba volviendo el ambiente en Europa entre los años 30 y 40, el desarrollo del radar adquirió una velocidad inimaginada. Fue evolucionando en el ámbito de la navegación hasta que Gatsometer, creo el radar de velocidad como le conocemos hoy en día, Lo que nadie sabe es que no fue creado para el uso que tiene hoy en día su finalidad siempre fue la de medir con precisión la velocidad y posición de un objeto en movimiento y capturar ese instante.
Maurice Gatsonides era conocido como “Maus” en el mundo de la competición y fue un prolífico inventor y un gran apasionado por el automóvil. Además de tener una habilidad natural para conducir, Gatsonides siempre destacó por ser un tipo muy técnico al que le gustaba estudiar y ensayar las cosas una y otra vez. De ese modo, afinaba sus tiempos y llegó incluso a vencer en el mítico Rally de Montecarlo en la edición de 1953.
Las pistolas para medir la velocidad eran una realidad desde 1954, pero Gatsonides quería algo más que un artilugio que le dijese la velocidad de un objeto en movimiento.
Conectando una cámara fotográfica a un radar y disparándola en un punto concreto, Maurice pretendía comprobar cuál era la velocidad máxima a la que era capaz de trazar una curva para mejorar sus tiempos en competición. Al fin, tras muchas pruebas, logra que la primera cámara de velocidad funcione y la patenta, fundando en 1958 la compañía Gatsometer BV.
Es Irónico pensar que un invento creado para poder aumentar la velocidad de paso por curva de un conductor acabase por ser un éxito de ventas precisamente para todo lo contrario. Es llamativo que uno de los hombres más adictos a la velocidad (es considerado el primer piloto profesional de la historia) haya sido también el que más ha logrado reducir la velocidad del tráfico en las carreteras de manera totalmente imprevista.
El radar, hace cuarenta años que se instauro en España, dado que con anterioridad no se consideraba necesario por no existir un parque móvil muy elevado. Hacia 1970 España dio un salto económico notable, y eso se percibía en las carreteras con el aumento de vehículos, por ello no tardo en aumentar el indice de siniestralidad. En consecuencia en España se instalaron los 12 primeros radares controlados por las cámaras de la DGT, frente a los casi más de 300 que se encuentran instalados en la actualidad.
Su evolución ha sido muy minuciosa siendo cada vez más precisos, “colándose” en nuestros vehículos y siendo capaz de analizar todo lo que está pasando dentro del mismo: velocidad, uso de cinturón, sistemas de retención ect….
Los radares que nos encontramos hoy en día en nuestras carreteras son:
1.-Radares fijos: Se encuentran situados en los márgenes de la vía, y han evolucionado hasta el punto de conseguir registrar la velocidad a la que transitan varios vehículos.
2.-Radares de tramo.- Calculan la velocidad media de un punto a otro. Muy eficaces. Se sitúan en autovías aunque también en carreteras secundarias.
3.-Radar Pegasus.: Es el radar más eficaz que emplea la DGT. Se instalan en helicópteros y en España cada Centro de Gestión del Tráfico dispone de uno. Se prevé que todos los helicópteros de los que dispone la DGT acabe teniendo uno.
4.- Radar inteligente: Este radar es capaz de detectar el tipo de vehículo (turismo, moto, furgoneta…) a través de la matrícula comparándola con la base de datos de Tráfico. De esta manera le aplicará los límites de velocidad que le corresponda.
5.-Radar invisible o indetectable: Se instala en coche o en cabina, en movimiento o parado y es capaz de controlar hasta 6 carriles a la vez. Si está instalado en un vehículo es difícil de reconocer. Para los detectores de radar también es ‘invisible’.
6.-Radar para el control del cinturón de seguridad: Este sistema controla otros aspectos a parte del cinturón como el uso correcto de los sistemas de retención infantil.
Recientemente se están empezando a introducir las nuevas generaciones de radares fijos en las carreteras europeas. En Francia y Alemania, por ejemplo, ya están funcionando los nuevos radares “Morpho”, que son capaces de saber si un vehículo atraviesa una línea continua o si no respeta la distancia de seguridad. Éstos son de inminente llegada a nuestro país.
¿Cómo funcionan?
Todos los tipos de radar funcionan según mismo principio básico: emiten una onda electromagnética hacia el objeto a detectar, la onda rebota y vuelve a la antena. Analizando la señal devuelta, se pueden saber muchas características del objeto en cuestión.
Las ondas electromagnéticas son oscilaciones del campo electromagnético que se propagan en línea recta a la velocidad constante de 299 792 458m/s, un poco menos de 300 000km/s. Unos mil millones de kilómetros a la hora. A esta velocidad, se daría la vuelta a la tierra siete veces y media cada segundo.
El número de oscilaciones que se producen en cada segundo se llama frecuencia. Nuestros ojos son capaces de ver las ondas electromagnéticas que producen entre 400 y 800 mil millones de oscilaciones por segundo; este tipo de frecuencias electromagnéticas reciben el nombre de luz. Sin embargo, las ondas utilizadas en los radares son frecuencias mucho más bajas.
¿A qué sanciones me enfrento si el radar registra una velocidad superior a la permitida?
A la hora de valorar estas sanciones es importante mencionar, los márgenes de error, dado que muchos conductores para circular a más velocidad aplican los mismos, pudiendo dar lugar a sustos inesperados y perfectamente evitables si se cumple la normativa. La Orden ITC/3123/2010, de 26 de noviembre, es la que regula el control metrológico de los instrumentos destinados a medir la velocidad de circulación de vehículos a motor y, por tanto, debe ser la que aplique la DGT para establecer el susodicho margen en los radares. Dicha Orden establece el margen en 7 km/h para vías con límites de velocidad de hasta 100 km/h y en el 7% para límites superiores. Pero en los últimos años nos hemos encontrado con sentencias que ponen en duda la producción de estos márgenes, dado que existen cinemómetros que muestran una velocidad que ya incluyen el margen de error reconocido, por tanto, a la hora de ser transcrita en el Boletín de Denuncia, el Agente no debería apuntar esa cifra (que es lo que comúnmente se hace) sino que tendría que restarle el margen de error. Otras veces, la retirada de la multa por una decisión judicial se ha debido a un defecto de forma, ya que no se ha acreditado adecuadamente el margen de error aplicado en un radar. Y es que, dada la veracidad que les concede la Administración, los cinemómetros deben ser sometidos a rigurosos controles para asegurar que cumplen la normativa. El hecho de que cumplan con dicha normativa, así como el margen normativo de error aplicado, deben aparecer, de modo detallado, en el atestado inicial o en posterior ampliación, si no es así la sanción puede ser declarada nula.
La existencia de los mismos en las carreteras ha reducido la siniestralidad, si bien lo más razonable sería cumplir con la normativa. Algo que no se cumple, prueba de ello son las múltiples soluciones que los usuarios dan ante la existencia de estos artefactos en nuestros vías: grupos de wassap o páginas donde se informa de la ubicación de los mismos, aparatos que detectan radares , intercambio de luces entre conductores ect….. acciones que si nos paramos a analizar no tienen como destino una conducción segura.
Si tienes prisa para llegar a tu destino sal antes, la velocidad no es la solución
Fdo.-Gema Rodríguez García